Los Afiladores

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Con cierta frecuencia venían por el pueblo “los afiladores” con sus característicos “silbatos” y las piedras de afilar.

Montados en un carro con una especie de  rueda que transportaban por las calles. Ese sonido particular servía de reclamo a los vecinos que sacaban para afilar: cuchillos, navajas, tijeras, “oncetes” (pequeñas hoces).

Este trabajo de afilador se incrementaba al inicio de la siega al tener que utilizar más las hoces, llamadas “corvellas” para cortar los cereales: trigo, cebada, avena, centeno, escaña…

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